Un joven que vivía sólo, un día sintió como si alguien lo estuviera viendo dentro de su cuarto. Miró alrededor, pero no se encontraba nadie. No había razón para que hubiera alguien aparte de él, sin embargo, esa sensación de estar siendo observando continuaba. Preocupado, el joven buscó en su habitación y no encontró nada. Tal vez alguien lo estuviera espiando desde afuera, pero las cortinas estaban cerradas, así que no había forma que alguien estuviera fisgoneando. Tal vez alguna cámara o dispositivo para monitorear... Se empezó a preocupar más, y comenzó a buscar en cada centímetro de la habitación. Entonces, encontró lo que lo estaba vigilando. En un hueco entre el clóset y la pared, una mujer lo estaba vigilando.